¡Que Se Haga la Magia!
- Angela Domenech
- 29 may 2023
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 6 nov 2023

¡Hemos comprado un terreno a muy buen precio!
Esta frase se escucha mucho, muchísimo, últimamente.
Se escucha tanto que si tardo un poco en entrar en la conversación a veces creo que están hablando de pantalones o caramelos, pero no, están hablando de terrenos.
Lo escuchaba ya hace dos años en México, lo escucho ahora en Bali y lo escuchaba hace años en el sur de España.
Es algo que al parecer sucede en la vida.
El tema es el siguiente.
Cuando un día visites Bali, cosa que es importante que hagas en general, no tardarás más de 2 minutos en conocer a Ketut, enamorarte de la sonrisa de Wayan o recibir la ayuda de Putu.
No tardarás porque en Bali la gente recibe su nombre en función del órden en que nacen.
Y por eso el abuelo, la hermana, el vecino y la señora que pone las ofrendas cada mañana en tu puerta para que tengas suerte sin que se lo pidas, se llaman todos igual.
Esto no siempre fue así. Pero desde hace mucho siglos, lo es.
Y esto es porque al parecer hace mucho tiempo unos señores de Java vieron unos terrenos en Bali …y se los quedaron. Trayendo con ellos, el sistema hinduísta de castas.
Los balineses pasaron automaticamente a ser la casta más baja, la casta dedicada a los cultivos de arroz y la artesanía.
Porque los señores de los terrenos lo decidieron.
Así la isla entera se convirtió en un enorme arrozal.
Simplemente precioso.
Los balineses tiene una característica, así, en general.
Son LAS personas más acogedoras de este plantea.
Esto lo decidí después de recorrer algun que otro rincón del mundo, y lo re-decido ahora que he vuelto después de recorrer alguno más.
Ellos felizmente te enseñan Bahasa, aprenden inglés, sonríen hasta al apuntador y te hacen sentir en casa.
No tienen miedo, no tienen prisa, no tienen mañana.
Hoy hablaba con Ketut, no el que me alquila la moto, sino el vecino, el de la casa de enfrente, de lo bonito que era el camino desde aquí hasta la playa. He contado más de 30 arrozales, 5 señoras colocando ofrendas y un grupo de hombres vestidos de ceremonia.
- Ketut, ¿no te dá miedo que se pierda esta cultura con la llegada de tanta gente comprando terrenos?
- No. El cambio es parte de la vida y todo el mundo es bienvenido aquí.
Bueno, esa es una de las caras de Bali. El Bali más local.
Además de este Bali, hay muchos otros Balis. El del surf, el de los volcanes, el de los rituales, el de la fiesta…y está el Bali en el que vive Lorena.
Ella es hija única, viene de una familia humilde en la que sus padres han trabajado toda la vida. Con 20 años decidió que quería aprender inglés y se buscó una forma de hacerlo.
Maleta en mano, se fue de aupair a Nueva York. Al final pasó unos 8 años en Estados Unidos.
En ese tiempo trabajaba de camarera, intentó empezar varios negocios, tuvo varias citas amorosas terribles, tb intentaba hacer deporte y adelgazar.
Se gastaba lo que ganaba en una academia de inglés y en alojamiento. Y se pasaba la vida agotada.
Cuando volvió a casa, la esperaban sus padres que eran algo mayores. Su padre se había enfermado por el camino y también su yaya la esperaba con 94 años.
Pasó un tiempo con ellos. Los adora, los visita siempre que puede y siempre habla de ellos.
Pero Lorena sabe que no va a ayudar a nadie que ella se quede en casa mirando a la pared y abandonando sueños.
A fin de cuentas, quien si no ellos le ha mostrado la importancia de ir a por todas.
Entre lágrimas y emoción, hizo de nuevo la maleta con la certeza de que Asia sería su próxima casa. Viajó sola, y dos semanas más tarde había una pandemia mundial.
Nadie dijo que fuera fácil...
Aunque no era su destino inicial, logró llegar a Bali sana y salva.
Lorena no siempre tiene suerte.
Han pasado ya casi 3 años desde que llegó aquí.
Ahora mismo Lorena vive en una villa muy bonita con el amor de su vida. Un surfero rubio de ojos claros, británico que solo tiene ojos para ella. Además cocina increíble.
Ella lleva ya años viviendo de su negocio que además de darle para comer le permite cumplir con el sueño de ayudar a las comunidades locales vendiendo un producto artesano.
¡Lo ha logrado!
Lorena es valiente, es inconformista y va a por lo que quiere.
Tal vez no tenga suerte pero tiene la receta para el éxito.
A ella puede irle mal el negocio pero solo piensa en todas las opciones que tiene para modificarlo y progresar.
A ella podía irle mal en el amor pero siempre supo que había muchos peces en el mar y el suyo estaba a punto de picar y no se conformaría con otros.
Ella puede lesionarse y tener que dejar su deporte favorito, pero solo ve las miles de posibilidades nuevas que se abren ante ella de aprender algo nuevo.
Ella puede tener uno de esos días de mierda que todos tenemos pero solo ve que tiene piernas que le permiten ir a dar un paseo por la playa.
Ella puede echar de menos a su familia, pero sabe que su vida es SU responsabilidad y debe vivirla, se lo debe a ellos.
Ella siempre gana, aunque pierda.
Ve abundancia, no escasez. Ve oportunidad, no problemas. Siempre.
Donde vive Lorena, hay mucha Lorenas (y Lorenos)
Este sitio es un poco surrealista, gente de 20, 30 y 40 años que han sabido ganar mucho, trabajar "poco"(o más bien sacar tiempo para todo) y disfrutar de la vida.
Se han inventado la vida.
Esta zona empezó siendo un pueblo surfero que ahora se ha llenado de gente del mundo entero que convive teletrabajando a pesar de que sus culturas no tengan nada que ver.
Este lugar esta hecho de gente que no se ha conformado.
Yo no digo que esto esté bien o esté mal ni que me guste ni que me disguste o lo que tiene que parecerte a tí, simplemente este sitio, es así.
La verdad, he escuchado cientos de historias extraordinarias de como cada uno de ellos han llegado hasta aquí.
He conocido idiotas, obvio, también gente super generosa, y un poco de todo, como en todas partes, pero lo importante es que he descubierto que hay algo que es común a todos y es esencial.
Piensan en abundante. No se conforman. No aceptan excusas.
Creen que es posible.
Y los balineses forman parte de su historia con una sonrisa de oreja a oreja.
Los odiadores dirán, na, seguro que son niños ricos que no han hecho nada en la vida.
Tal vez.
Es posible que los más de 350,000+ inmigrantes de Bali sean solo niños ricos.
Niños como mi amigo Andrés, quien nunca tuvo nada ni a nadie pero decidió cambiar su destino.
Pues bien, bueno o malo...
hoy mismo Lorena y su novio se han comprado un terreno.
Porque sí, está pasando, los extranjeros están comprando terrenos, y los Balineses los están vendiendo.
¿Y sabes que hace Putu directamente con el dinero que recibe?
- ¡Ahora a las 3 se reune la familia para ir a comprar la pintura y empezar a renovar el templo!
No veas que bonitos están los templos estos días.
No piensan que más tarde no tendrán ni dinero ni tierras, piensan en que ahora tendrán un bonito templo al que ir a rezar y no necesitan nada más.
¿Es preocupante?
De nuevo, es lo que es.
En fin.
En fin, hace años ellos se dedicaban al arroz porque unos señores de fuera se hicieron con los terrenos, antes no. ¿Tienen que seguir haciendolo? Ellos sabrán.
El fin de semana fuimos a una cascada a hacer un ritual para sacar lo negativo y atraer lo positivo.
El guía nos explicó que ellos ya son ricos, ya tienen todo, porque tienen sus dioses y sus templos.
“Todos tenemos el poder de crear lo que queramos”, dijo, siempre con su sonrisa espléndida. No tienen miedo.
Ahora mismo ven la oportunidad de que sus espaldas tengan una vida mucho mejor, y sus hijos también.
Ellos no saben si dentro de 10 años tendrán que volver al arroz o si explotará uno de sus volcanes y tendrán que empezar de cero.
Lo que pase luego, así va a ser.
-¡Oh pero se va a perder la belleza de la isla y su cultura!
Esa soy yo, queriendo controlarlo todo y que otros se dejen la espalda para que todo continue bonito.
Lo único que ellos saben es que la vida cambia y lo cierto es que lo de ayer importa poco y lo de mañana…lo desconocemos.
No tienen miedo.
Asi como los Lorenos tampoco.
Parece ser parte de la magia de Bali.
Entonces…¿que hacemos?
Pues mirar al cielo y creer, como hacen ellos. Que aquí por cierto merece la pena porque además de cientos de estrellas, tienen algunas de colores. Rojas, verdes, azules...
¿como?
Pues que mientras nosotros nos preocupamos de que nada cambie a la vez que compramos terrenos, ellos hacen cometas con bolsas de basura, les ponen luces y pasan sus horas jugando y mirando a la eternidad y confiando...
YA BALI HARÁ SU MAGIA.
Distintas formas de ver la vida en sitios distintos de vida!! Muchos besos cariño 🥰🥰