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Si las montañas hablaran y tu siguieras hasta el final...

  • Foto del escritor: Angela Domenech
    Angela Domenech
  • 18 oct 2023
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 6 nov 2023



¿Alguna vez te has rendido antes de llegar a la cima?


La vida no es siempre como yo decido…no siempre.


La vida espera a que una organice todos los materiales para hacer un vivac al aire libre a 2000 metros de altura, a que prepare su comida, a que se entrene durante semanas, a que cancele cualquier otro tipo de plan


ella espera tranquilamente, para que cuando tu despertador suene a las 6.30 de mañana de un Sábado, haya una tormenta fuera de lo normal y humano.


Bueno, pues a pesar de lo que estareis imaginando, pues no, la aventura no se canceló.


Por suerte divina y eso que no creo en la suerte, por encima de las montañas no había lluvia, ni viento, ni nada. Asi que más allá de lo que nuestros ojos podían ver y más allá de nuestra incredulidad, nos esperaba un fin de semana de aventuras y de solazo.


“Yo creo que se va a cancelar. Con este tiempo yo prefiero no hacerlo. Es peligroso…”


Eso eramos nosotros en el coche… ahí, valientes.


Una parte de nosotros supongo que esperaba que se cancelase para no tener que enfrentarnos a la subida que se esperaba…dura.


Llegaba la hora de la verdad tras un verano de poca fiesta y poco comernoslo todo.


En fin.


“Bueno vamos a caminar unas 3 horas por esa cicatriz que veis hasta llegar al primer descanso. Son unos 900 metros de desnivel. Luego ya es más fácil porque solo hay 500 hasta el refugio.”


Ojo, de desnivel hablamos.



Miramos aquella pared de roca caliza…

”imposible”


Ya no había marcha atrás, solo quedaba ir para arriba.


Después de más o menos una hora de camino y varias mentes pensando, “yo para qué me habré metido en este jaleo”, empezaban a notarse los,


“no traje las botas adecuadas”, “llevo demasiado peso en la mochila”, “no estoy en forma…”


…hasta que un chico lo dijo, tenía que decirse y se dijo: “Me he olvidado el agua”.



El que llevaba demasiado peso rápidamente saco 6 litros innecesarios de agua de la mochila “toma, toma, a mí me sobra”, pero el guía, indignado por la desobediencia a la norma más básica de la montaña, no le dejó.


Prefirió darle algo de su agua mientras le echaba el broncón y seguimos camino.


Bueno…os adelanto que la historia no acaba muy bien para el chico del agua, pero os sigo contando.



Seguimos todo pa’arriba. Cada uno absorto en su mundo.


Yo confieso que en el mío me decía:

¡Que alegría, ya vuelves a ser la de antes, vuelves a estar en forma!


(Por poneros en contexto, he estado 2 años con lesiones hecha un asco)


A unos se les subía la autoestima mientras a otros se les bajaba, unos mantenían el ritmo, otros iban quedando atrás. Algunos asumían, otros daban excusas.


El caso es que mejor o peor, todos conseguimos llegar a la primera parada. 3 horas y 900 metros de desnivel por roca caliza después, nos habíamos ganado el bocata.


Hm, que rico está esto…

Pocas sensaciones hay como la de estar en medio de la alta montaña, rodeado solo de animales, roca y respirando naturaleza. Es de lo más parecido a la libertad.


Todo eran risas hasta que se escucharon las palabras mágicas…"hay que seguir y es por ahí arriba."


El camino que señalaban era aun peor que el que habíamos hecho. Nos habíamos creído que luego todo sería más fácil, JA, incrédulos…


Ahora las piernas ya no respondían igual. Llevabamos un bocata menos de peso en la mochila y las barrigas pesaban más.



Bien.


seguimos camino y entonces empezó a suceder algo que me encanta. Yo lo llamo, la magia del grupo.


Estábamos entre emocionados, cansados, motivados, …y eramos conscientes de un hecho, todos teníamos el mismo objetivo y, o llegábamos todos, o no llegaba ninguno.


La adrenalina hacía su función.


“Cámbiame la mochila que a mí no me pesa”, dijo un chico al que iba más cargado que una mula.


El chico del agua, el del principio, el que no la traía, empezó a tener calambres, asi que otro chico nos dijo que siguiéramos y que ellos irían tranquilamente a su ritmo.


Una chica iba con algo de dolor de hombro por la mochila, el guía la miró, tiró bien de las cuerdas de su mochila y, tachán, al parecer ese fue un cambio radical.


Otra chica se dió cuenta de que llevaba un saco que no era adecuado para las temperaturas, asi que otro le ofreció una manta térmica que no iba a utilizar.


Y así...


En medio de las montañas donde todos íbamos con lo justo e imprescindible…resulta que uno siempre tenía lo que a otro le faltaba y que todo tenía solución y que entre todos, logramos llegar cómodos a la cima.


Estando allí pensaba en como a veces, queremos hacerlo todo solos y claro...acabamos tirando la toalla.


A veces nos asusta subir una cima porque no sabemos como hacerlo o qué necesitamos para conseguirlo. Y no sabemos pedir ayuda.


Muchas, muchísimas veces, nos complicamos la vida y nos ponemos más peso del necesario. La mayor parte de las veces, nos rendimos justo antes de llegar, porque sí, las cosas se ponen dificiles, y a veces, cuando creías que ya estaba, se ponen aun peor justo antes del premio.


Pero hay dos cosas que son muy ciertas. La primera, y eso lo saben todos los libros y todos los gurús que puedas encontrar sobre la clave del éxito, es que si perseveras, lo consigues.


Lo he dicho, el gran secreto es PERSEVERAR, es decir, tirar para alante de toda la vida.


Nadie nunca ha llegado a ninguna parte sin eso.


La segunda es que si asumes que no tienes que hacerlo todo solo, que los recursos y conocimientos de otros (aunque tu ya por supuesto lo sepas todo) te pueden ayudar muchísimo, además llegas antes y mejor.


Y sino que se lo digan al chico sin agua…


El caso es que en aquella montaña, nosotros perseveramos, nos ayudamos, y esa noche nos comimos unas lentejas increíbles después de jugar un rato al Scattergories en el refugio.


La ruta del día siguiente fue más dura y mereció la pena.


Como bien dijo el chico sin agua, "la próxima vez volveré mejor preparado". Sin comparaciones ni quejas, tan solo un, me prepararé mejor a la siguiente.


Montaña, volveremos muy pronto.


Pues nada. Para aventureros, y emprendedores, que son lo mismo, nos vemos la próxima semana.


O no. Estoy a muchas cosas, pero si estás suscrito a mi lista, serás el primero en enterarte cuando publique.


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2 comentários

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Convidado:
18 de out. de 2023

Que buena experiencia!!! Muchos besos cariño 🥰🥰🥰🥰

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Convidado:
18 de out. de 2023

Q buena lección Angy!!! Me ha encantado!!!!! :)

Carli.

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