top of page
Post: Blog2_Post
Buscar

Me Encanta Viajar, Odio Viajar

  • Foto del escritor: Angela Domenech
    Angela Domenech
  • 19 jul 2023
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 6 nov 2023



Hasta hace 2 años trabajaba en una empresa de tecnología con base en California.

Fue ahí cuando pude empezar a recorrer el mundo el 100% de mi tiempo.


La empresa desarrolla un software para gestionar hostales y hoteles por tanto ya de por sí está relacionada con el mundo viajero.


Además, fue creada por dos viajeros empedernidos que buscaban más espíritus viajeros con los que trabajar y, mucho antes de que estallara la pandemia y esto empezara a ser algo normal, ya habían montado su negocio de forma que todos pudiéramos trabajar desde donde nos diera la gana (lo cual solía incluir palmeras y cocos), con horario flexible y vacaciones ilimitadas.


El dueño de esta empresa tenía un don. El don de hablar en público.


Yo estaba en el departamento de Marketing y me encargaba de organizar eventos en todo el mundo.



Una vez fuimos a Berlín.


Bueno fuimos varias veces, pero esta vez yo conseguí que nos hicieran un hueco para dar una conferencia durante el evento, lo que traería mucha gente a nuestro stand.


Sinceramente, sé que suena a ensoñación del mundo de Barbie, pero no fué todo color de rosa en aquel trabajo.


Aunque pasé 3 años increíbles allí, no tardé en notar que a más la empresa crecía, más crecía también mi rechazo hacia el mundo corporativo que mata lentamente todo espíritu creativo.



No sé si ya empezaba mi falta de motivación o si es que había organizado sola unos 50.000 detalles para 3 eventos internacionales en 2 meses, pero no me acuerdo de lo que se dijo en ese discurso.


El caso es que apenas recuerdo si fue bien o si fue mal.


Pero lo que sí recuerdo perfectamente es la frase con la que este señor con un don abrió la charla.


La frase fue la siguiente: AMO VIAJAR, ODIO VIAJAR.


Me hizo pensar…


¿Tal vez yo también odio viajar a veces?



¡Que no cunda el pánico!


Me explico.



¿Quién no ha odiado las colas y esperas en el aeropuerto aun sabiendo que le aguardaba la emoción de encontrar el paraíso al otro lado?


¿Y esa cucaracha tan mona que te dió la bienvenida en tus vacaciones soñadas?


…Y es que viajar te muestra muchas veces tus límites.



Hace unas 2 semanas me encontré con mi familia en México para viajar a Bacalar, un lugar conocido como la laguna de los 7 colores, realmente es preciosa.


Éramos 10 personas compartiendo coche, casa y decisiones diarias.


Dónde comer, dónde ir hoy, que si uno se corta el pie y no puede caminar, que si otro quiere hacer todas las actividades posibles, otro no quiere hacer nada.


Que uno quiere cenar espaguetis, el otro tacos y el otro quiere ordeñar una vaca y comérsela después.



En fin.

Agotador y adorable.


Una de las noches estábamos cenando al salir de la playa (ese día ganó pizza) y mi prima me preguntó.


- Tu que llevas viajando tanto tiempo, ¿no te estresa un poco? ¿No es como que te quita la tranquilidad?


A lo que después de unos 5 segundos respondí:


- La verdad es que no porque yo no viajo. Yo vivo en los lugares.


Lo que quiero decir es que continúo mi rutina, sigo trabajando, haciendo deporte, cocinando y descansando como lo haría en mi casa. Solo que cuando cierro el ordenador o llega el fin de semana, estoy en un paraíso con mucho que explorar, costumbres diferentes y gente nueva por conocer.


- Pero sé a lo que te refieres. El año pasado viajamos 15 días por Costa Rica porque nos cuadraba de paso. El día 9 ya quería abandonar mi mochila en alguna cascada inaccesible donde nunca jamás la pudiera volver a encontrar ni ver delante.



Hablamos un rato de ello y no hubo dudas sobre la diferencia. Hay una enorme diferencia.



Y no es que odie viajar…pero sí, vivir los lugares me gusta más.


Cuando vives en un sitio por un periodo más largo llegas a explorar rincones a los que no llegarías a visitar en 15 días.



Me parece fascinante pagar la factura de la luz, ir a hacer la compra, poner la lavadora, echar gasolina. No lo hacemos igual en ningún país.


Londres fue ese primer sitio donde me quedé a oscuras y sin agua caliente mientras me duchaba y entonces descubrí que allí la electricidad se pagaba por adelantado yendo a la oficina de correos.



No me mires así, es cosa de ellos.



Cuando empiezas a entender que lo que dabas por hecho, ya no lo es y empiezas a adaptarte a un nuevo contexto, empiezas a olvidar el rol que tenías en casa, porque ya no sirve.


Esto te da una inmensa libertad.



Al viajar deprisa y corriendo, es distinto. Los locales intentan engañarte, pagas más por todo y además, si viajas acompañado, te pasas el día negociando para poder hacer lo que te dé la gana, comes mal, duermes poco…todos hemos sido turistas alguna vez.


Esto te resta libertad.


Por eso viajar en sí es algo que yo no puedo hacer durante demasiado tiempo ni con cualquiera. Y lo digo yo, después de ya no sé ni cuántos años en movimiento.



¿Entonces qué sugieres a los que tenemos 15 días para irnos? ¿No viajamos más?


Por favor no.


Y ojalá la gente que no lo hace viaje más.


Aunque cansado, sigue siendo una forma de salir de tu contexto habitual, de salir de tu rutina, de acercarte a la naturaleza, expandir tu mente, de no sé, vivir tantas cosas buenas…



A veces incluso dependiendo del viaje, la única forma de hacerlo es en formato corto.


Me refiero, Islandia está muy guapo para pasearte 10 días en furgo viendo cascadas y formaciones rocosas imposibles pero de ahí a mudarte a vivir entre el hielo pues hay un abismo.


Pero oye, para gustos los colores, si te quieres mudar yo no te juzgo.

¡Me pasaré a verte!



Simplemente a mi me gusta hacer lo que me da la gana y por eso prefiero montarme mi vida en nuevos sitios.


¿Y por qué nos sales con esto ahora?


Porque desde hace 2 años mi formato de viaje ha cambiado un poco al cambiar de trabajo, viajar con alguien más, etc. y he pensado más de una vez en aquella frase de mi jefe.



En estos dos años he viajado más en periodos cortos.


Ha sido una etapa que me alegro de haber probado y que me ha permitido vivir experiencias increíbles.


Pero…agota. Es así.



También me han faltado muchas cosas viajando así.


Me ha faltado hacer amigos de esos que se convierten en familia, descubrir rincones escondidos de esos que solo los locales conocen. Me ha faltado aprender más sobre las culturas que he visitado, pagar la luz, hacer planes sin fecha de caducidad, sentir un lugar como casa.



Eso se consigue cuando te quedas.

Aunque solo sean unos meses.


Ahí empiezan a llegar los momentos inolvidables y empiezas a soltar la mochila que todos acarreamos, de verdad.


Sea como sea, aun con sus vicios y virtudes, creo que hay un formato de viaje para todos los gustos, el caso es largarse y explorar.


¿Y tú qué amas y qué odias de viajar?


Sigue mis aventuras deslizando hasta abajo y suscribiéndote a mi blog. ¡Te recuerdo que es gratis y que a partir de septiembre vienen cositas frescas para mis suscriptores!





 
 
 

1 Kommentar

Mit 0 von 5 Sternen bewertet.
Noch keine Ratings

Rating hinzufügen
Gast
20. Juli 2023
Mit 5 von 5 Sternen bewertet.

Para mi, viajar es obligatorio como el comer o el dormir! Todo bueno, nuevos lugares, nuevas culturas, experiencias nuevas... Lo único malo es la maleta jajaj, que pereza, cada vez me cuesta más hacerla y ya hice unas cuantas a lo largo de mi vida... estoy como tú con la mochila cariño, muchos besos

Gefällt mir
bottom of page